La Tarahumara Desde Adentro

2017

Fotografía documental

No sé mi ubicación exacta. 

Te escribo desde algún lugar lejano entre la sierra. 

Te escribo sentada a la orilla del barranco que está cerca de la hermosa casa de Aurorita. Te escribo para intentar contagiarte en las siguientes líneas la inmensa gratitud que siento por estar aquí donde el tiempo es indefinido e irrelevante porque se disfruta cada minuto del día. Donde la prioridad no es uno mismo sino la comunidad que nos rodea. Donde se conoce el sentido de la vida. Una vida que acá entre estas montañas significa trabajar por el bien común.  Te puedo asegurar que lo que aquí relato no es ficción ni utopía porque lo vi de muy de cerca. Lo vi en Don Luis y en el pequeño Armando. Sobre todo lo pude ver en Aurora, Cándida, Lucía, María de Jesús y Francisca. Estas incansables mujeres con las que  tuve el privilegio de convivir. Y si te preguntas cómo es que logré acercarme tanto a tan increíbles mujeres, estas de suerte porque te voy a compartir mi secreto: en esta sierra, el idioma oficial no es el tarahumara ni el español sino el trabajo. El trabajo contento y gustoso. Entender esto me abrió las puertas a su mundo, gracias a esto tuve la invaluable oportunidad de ir con un grupo de mujeres a lavar menudo a media noche hasta el arroyo, bajando entre risas la pendiente inclinada de la sierra con una pesada cubeta de tripas humeantes a una velocidad impactante, una experiencia verdaderamente extrema. También pude empacar chiltepín con Anita y limpiar hojas de tamales con Maria de Jesús así como poner un enorme caldo de espinazo con Francisca. Eso y más, todo en una noche.
Ya sea siguiéndolos por la sierra o a través del maizal, correr con los de "los pies ligeros" nos ensenó a mi y a mis queridos amigos Chabochis mucho acerca de la vida en muy poco tiempo, porque si bien las voces de prejuicios no han desaparecido por completo, sí se comenzaron a desvanecer, dándole paso a la
creciente voz de una mente más abierta y flexible con un corazón menos propenso a afligirse, dispuesto a dar y vivir feliz.